El Sol en Tauro

 


El Sol en Tauro, comienza a percibir al mundo como una fuente de energía de la cual necesita abastecerse, para que nunca falten reservas de todo tipo, y así sentirse más seguro. Siendo un signo de Tierra y de cualidad fija, su base es plantarse muy firmemente y desarrollar fuertes raíces que le permitan resistir las inclemencias de la vida.

Toma la energía que necesita y se dispone a crecer en este ir acumulando todo aquello que le garantice permanencia y bienestar. Tiene una conexión natural con sus necesidades básicas, pero también una afinada capacidad para disfrutar. Por ejemplo, cuando Tauro registra la sensación de hambre necesita asociar el alimento a la experiencia de placer.  Todo lo sensorial adquiere una dimensión de importancia para el Sol en Tauro. En su repertorio de placeres no sólo se encuentra la buena mesa, sino los aromas, las texturas y su profunda conexión con la naturaleza. En su rutina diaria se entrega al ocio con la máxima satisfacción.

Tauro tiende a la quietud, la inmovilidad. Su inercia lo lleva a tomarse todo el tiempo que pueda disponer en el mundo para hacer las cosas, con una lentitud que resulta exasperante para otros signos. Pero si logra superar el efecto cámara lenta entonces se vuelve altamente productivo, práctico, constante y paciente. Por otro lado, no hay que confundir fijeza con tranquilidad. Tauro es obstinado, pero también parece estar sumergido en un estado de profunda contemplación. 

El mayor problema para este signo se despierta cuando su apacible mundo es alterado, entonces arremeterá con tal fuerza arrolladora que no dejará nada en pie.

La persona taurina impacta en el mundo por la misma potencia de la que es portadora. Es cierto, que puede tomarse más tiempo del que otros consideran prudente, pero tiene un reloj interno que registra los tiempos naturales de maduración y los procesos implícitos de todas las cosas. Parece lento, no obstante va midiendo el efecto de cada paso con mucha firmeza.

Esta forma de estar en la vida, fija, pausada, sólida, potente y concreta sustenta la búsqueda de seguridad material, y la estabilidad en todos los ámbitos de su existencia. En este punto, podemos advertir que no sólo no puede cambiar, sino que tampoco quiere hacerlo. Puede ser  inflexible, hasta que considere la real necesidad de hacer algún cambio, pero si no lo ve necesario insistirá en continuar con una vida confortable, apacible, sólida, sin contratiempos, y con un infinito placer disponible para los sentidos.

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