Venus en Libra

El arte, la belleza, la estética y la armonía vibran en absoluta resonancia con la energía de Libra. Cómo mínimo la persona con Venus en Libra es capaz de apreciar la belleza de una obra de arte, y como máximo expresa un talento artístico que la lleva a incursionar en las galerías de arte, en la moda o en el diseño. En Libra, Venus está en su domicilio y esparce sus mejores virtudes hacia todos los lugares donde pueda cruzarse con otro que será, según su percepción, su otra mitad. 

La persona con Venus en Libra es refinada y seductora. Valora el encuentro y su natural encanto atrae como las flores a las abejas. Sabe cómo agradar, haciendo uso de todas las artimañas conocidas de los buenos modales y las reglas sociales. En sus vínculos valora la armonía, el compartir, la cooperación, el acuerdo, la complementariedad y también el diálogo. No hay que olvidar que por más romántico que sea, y por más sensible que parezca, Libra es en esencia un signo que hace foco en la mente, por su cualidad elemental de aire.

La seducción no es un arma, es un arte, y Venus en Libra sabe cómo atraer a aquella persona en la que ha puesto su interés. El juego, el coqueteo, la sutileza de la conquista suele ser infalible. Es difícil no rendirse a sus encantos. Con un refinado sentido estético, se siente atraído por personas elegantes, que emanen cierta formalidad, pero sobre todo que sean diplomáticas, suaves, amables y delicadas. Todas esas cualidades le brindan paz, y una experiencia cercana al equilibrio. Su concepto de media naranja es aquel que por su diferencia lo complementa sin asfixiarlo. Nunca es igual, siempre es lo opuesto.

En Venus en Libra hay un ida y vuelta constante, como un péndulo oscilante. Su manera de relacionarse es estar siempre atento a los deseos de su pareja, pero a cambio espera la misma atención del otro lado. Le fascinan los cuentos de príncipes azules y princesas encantadas. Es románticamente idealista, pero no en un sentido emocional. Sostiene la cooperación y el compartir la vida como los ejes de todo vinculo. Sabe los secretos que hacen a una relación armoniosa, pero es posible que en la práctica pierda el equilibrio. En algún sentido depende de los demás, porque concibe la vida de a dos, sin dependencia emocional, sino que el misterio es seguir siendo dos en el encuentro.