Venus en Capricornio

 

Con el arribo de Venus a Capricornio, las palabras empiezan a escasear y el aire se pone un poco frío, casi helado. La aventura terminó. Podemos pensar a Venus en Capricornio como una flor en el desierto, solitaria, pero majestuosa, sobreviviendo en la aridez con muy poco alimento. 

A la persona con Venus en Capricornio le gusta cumplir objetivos, es decir su felicidad está en los logros que va cosechando. Necesita sentirse motivada por sus metas, y cada vez que alcanza un objetivo, surge otro. El logro es valorado como condición de amor, es decir que la persona con Venus en Capricornio siente que los demás la quieren por lo que ha logrado en su vida y no por quien es realmente. Su nivel de autoestima tiene estrecha relación con la altura a la que puede llegar. Su enfoque está en el trabajo. Su prioridad es el crecimiento profesional y laboral, cumplir con las responsabilidades adquiridas y responder a las exigencias de la sociedad, todas formas válidas de mantener al margen una antigua herida ligada al rechazo. De este modo termina relegando la posibilidad de disfrutar otros aspectos de la vida. El placer es muchas veces postergado o considerado una pérdida de tiempo en su carrera por cumplir objetivos.

Este Venus valora la madurez, la disciplina, la responsabilidad, la perseverancia, y el hacerse cargo. Ama la soledad, aunque los demás no lo comprendan y tampoco espera que lo hagan.

En temas sentimentales la tierra se vuelve fango, y ya no hay forma de pisar con firmeza. Le cuesta abrirse y mostrar sus sentimientos. Le incomoda que otros lo hagan abiertamente sobre todo si expresan ternura o emoción. Se siente bloqueado a la hora de lidiar con los sentimientos, tanto se trate de los suyos, como los de los demás. De pronto baja la persiana y fin del asunto. La realidad es el terreno fértil, y en ese sentido la fantasía resulta ser un sitio desértico.  Una persona que se ajuste a lo que Venus en Capricornio aspira debe ser madura, realista, sólida, estable, responsable, austera, y además debe estar dispuesta a resignar una cuota de pasión a cambio de una relación duradera. La exigencia no está ausente en este clima destemplado. Se toma las cosas muy en serio y espera que su pareja esté a la misma altura.